domingo, 13 de febrero de 2005

SANCTA ECCLESIA DEI


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Obra representativa de la petición hecha por San Juan Pablo II  a Jorge Enrique  el 14 de junio de 1998  para que escribiera esta obra







Me hallé en espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una voz fuerte como de trompeta, que decía: lo que vas a ver escríbelo en un libro, y envíalo a las siete Iglesias: a Efeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea; cuando le vi caí a sus pies como muerto; pero Él puso su diestra sobre mí y dijo: no temas; Yo soy el primero y el último, y el viviente; estuve muerto y ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo. Escribe, pues, lo que hayas visto; lo que es, y lo que debe suceder después de esto”.

Apocalipsis I, 10-11; 17-19



Un libro 100% católico


Los autores han comenzado a escribir este libro en Santa Fe de Bogotá, Colombia, el 14 de junio de 1998, solemnidad de la fiesta de Corpus Christi. A solicitud de su santidad San Juan Pablo II mediante un sueño tenido con Jorge Enrique uno de sus autores; en el cual el santo padre de una manera simbólica les pidió escribir esta obra para el supremo beneficio de toda la humanidad, para el sumo bien de la Santa Iglesia de Dios, y para revelar la profecía sobre el fin de los tiempos.

Es un compendio histórico-religioso-profético que explica de una manera didáctica los eventos que han determinado la historia de la humanidad, la doctrina de la Santa Iglesia Católica, y la profecía escatológica para estos últimos tiempos.

Su fin es el de instruir a la persona que lo lee en los hechos históricos que han sido la causa de las transformaciones que la humanidad ha sufrido, en las verdades que la Santa Iglesia de Dios cree y practica, y en la profecía sobre el triunfo definitivo del Corazón Inmaculado de la Santísima Madre de la Santa Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo.

Las columnas en las cuales se ha construido son: la Santísima Eucaristía y la Santísima Virgen María.

Prologado por su reverencia padre Víctor Jesús Camacho Forero, el 4 de abril de 1999, en Santa Fe de Bogotá, Colombia.
Dirigido por su reverencia padre Konrad zu Löwestein, el 25 de octubre de 2003, en Wigratzbad, Alemania.

Presentado a su santidad Benedicto XVI para su revisión, el 26 de diciembre de 2010, en el Estado Ciudad del Vaticano.
Presentado a su santidad Francisco para su aprobación, el 18 de noviembre de 2018, en el Estado 
Ciudad del Vaticano.
Presentado al Dicasterio para la Doctrina de la Fe para su certificación, el 25 de enero de 2024, en el Estado Ciudad del Vaticano. 


Y vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía que anunciar un evangelio eterno para evangelizar a los que tienen asiento en la tierra; a toda nación y tribu y lengua y pueblo. Y dijo la gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio; adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas .

Apocalipsis XIV, 6-7



Jorge Enrique entrega una copia digital de su obra a su santidad Benedicto XVI el 26 de diciembre de 2010 para su revisión


 
©1998-2024

2 comentarios:

  1. “Levantóse Elías, profeta semejante al fuego; y sus palabras eran como ardientes teas. Hizo venir sobre ellos el hambre, y fueron reducidos a un corto número los que por envidia le perseguían, porque no podían sufrir los preceptos del Señor. Con la palabra del Señor, cerró el cielo, del cual por tres veces hizo bajar fuego. Así Elías se hizo célebre por sus milagros. ¿Quién ha alcanzado tanta gloria como tú? Tú en virtud de la palabra del Señor Dios, sacaste del sepulcro a un difunto, arrancándoselo a la muerte. Tú arrojaste a los reyes a la perdición, quebrantaste sin trabajo su poderío, y en medio de su gloria los trasladaste del lecho. Tú oíste en el Sinaí el juicio del Señor, y en el Horeb los decretos de la venganza. Tú ungiste reyes para que castigasen, y dejaste profetas sucesores tuyos. Tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego sobre una carroza tirada por caballos de fuego. Tú estás escrito en los decretos de los tiempos, para aplacar el enojo del Señor, reconciliar el corazón de los padres con los hijos y restablecer las doce tribus de Jacob. Dichosos los que te vieron y fueron honrados con tu amistad. Porque nosotros viviremos sólo en vida, mas después de la muerte no será nuestro nombre como el tuyo”.

    Eclesiástico XLVIII, 1-12

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  2. “Y respondiendo Jesús, les dijo: en verdad, en verdad os digo, Elías vendrá primero, y restaurará todas las cosas”.

    San Mateo XVII, 11

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